lunes, 5 de noviembre de 2007

EL ÁRBOL GENEALÓGICO DEL FLAMENCO

En numerosas ocasiones hemos podido escuchar en televisión, discos de música o inclusos en espectáculos de flamenco diferentes tipos de melodías, acompañamientos y cadencias que nos suenan, de las que somos capaces de seguir el compás o incluso podemos tararear su melodía. Sin embargo, diferenciar el tipo de cante que estamos escuchando es una tarea realmente complicada, tan solo los muy experimentados en este mundo son capaces de discernir entre unos y otros.

Las diferentes modalidades de cante flamenco reciben el nombre de “palos”. Cada uno de ellos se encuentra perfectamente estudiado y detallado, existiendo reglas concretas de composición, compás, ritmo… Existen catalogados cerca de 80 palos del flamenco. Debidos a diferencias zonales o de cantaores, algunos palos se han disgregado en diversos estilos. Uno de los casos más llamativos es el del fandango, el cual se disgrega en unos 12 estilos.

Del mismo modo que cada palo puede poseer diferentes estilos que derivan de éste, se ha constatado que los palos se encuentran interrelacionados entre si, y hoy en día es aceptado que unos palos más “modernos” han derivado de otros “más antiguos”. Un ejemplo muy plástico es el de utilizar un árbol para explicar la evolución de los palos del flamenco. Dicho árbol se denomina “árbol genealógico del flamenco”. A lo largo de los años se han confeccionado numerosos árboles del flamenco, algunos de ellos son preciosos cuadros que cuelgan en bares castizos y en la casa de algún que otro aficionado al flamenco. Dada la multitud de árboles que han surgido, se observan diferencias entre unos y otros, pero podemos afirmar que la base, lo que constituye en tronco del árbol, es muy similar independientemente del autor.

Traigo aquí el árbol genealógico que aparece publicado en el libro de Manfredi Cano, D. "Cante y baile flamencos”. Everest, León, 1983: pág. 87. Este árbol posee poco de artístico pero es muy ilustrativo y los palos se observan bastante bien.



Quizá la primera de las ramas que surge en su base hacia la derecha debería de estar un poco más centrada, ya que está muy arraigada la creencia de que las “Tonás” son los cantes más primitivos de los que derivaron los demás.

La evolución más próxima de las Tonás son los Martinetes, Carceleras, Saetas, Deblas y Seguiriyas. De esta base, que es la que popularmente se designa como “Cante jondo”, surgen las tres ramas principales: “Los estilos camperos”, “Los cantes autóctonos” y “La caña”.

Los estilos camperos conforman la rama central, la más evolucionada y próspera (en cuanto a cantidad de palos). En ella encontramos los Fandangos, Tarantos, Verdiales, Bándolas, Sevillanas, Arrieras…

Los cantes autóctonos están conformados por las Roas, Peteneras, Bamberas y Nanas, siendo ésta la rama con menor evolución en cuanto al número de estilos.

La Caña se entiende como un palo anterior a la Soleá, de la que posteriormente derivarían los Tientos y las Bulerías. En una segunda evolución encontramos una bifurcación entre Las Cantiñas y Los Tangos. A partir de los Tangos podemos encontrar los Tanguillos y de éstos los denominados “Cantes de importación” en los que se incluyen Las Guajiras, Milongas, Rumbas, Farrucas…


Sitios web consultados:
http://www.jerez2020.com/tristeyazul/historia_palos_flamencos/arbol00.htm